Sierra agreste, alma inmortal

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SIERRA AGRESTE. ALMA INMORTAL
(A Sierra Vieja)

La falda de Sierra Vieja
es suelo anciano y dormido
que da cobijo y sustento
a chaparros y tomillos;
los olivos, en hileras,
huyen del risco baldío.
y, valientes, verdeguean
desde La Zorra a Cubillo.

Colina antigua y gigante
esculpida por mil siglos,
laureada de retama,
jara, acebuche y torvisco;
ella es refugio y es madre
de la niebla y del rocío,
del búho y de la perdiz,
de la tórtola y del mirlo,
del cárabo taciturno
y del arrendajo esquivo.

Rotunda mole constante,
ancha silueta, castillo
sin torre del homenaje,
sin alcobas de ladrillo,
promontorio vegetal,
tierra yerma hija del risco.
Pedregales de cristal
castigados por el rayo,
cuarteados por el frío
avanzan ladera abajo
huyendo del padre «Mirrio».

El sol clava púas de sed
a los chaparros bravíos,
el aire del norte alivia
el rigor de cada estío.
Impasible a la tormenta,
a la helada y al granizo
permaneces inmutable
con rigor y poderío.

¡Tu corazón, Sierra Vieja,
tu alma agreste y tu latido
quisiera llevarlos dentro,
y ser inmortal contigo!

José Muñoz Fernández

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